El esqueleto humano siempre ha sido intrigante para el ser humano, de ahí que muchas tribus antiguas conservaban los huesos y los cráneos de los que alguna vez tuvieron vida, religiones como el vudu, experimentan con velas hechas con restos óseos, inclusive en muchas clases de ciencia o biología, existe un modelo de todos los huesos que posee el ser humano. Encontramos también en el Día de los muertos en México, una serie de dulces hechos en forma de calavera. Inclusive hay leyendas como las Calaveras de cristal de los mayas, lo que denotan el interés de la humanidad por su propia morfología.
El artista Aleman Joseph Marr decide darle un dulce sabor a este tema, para ello creó varios esculturas en tamaño real de calaveras, utilizando azúcar y saborizantes como manzana verde, mora, fresa y cola. Esto para la organización de donación de órganos llamada «Celebrabis Vitae«. El acabado le da a estas esculturas una sensación de misterio, irrealidad y hasta cierto punto, parecen parte de una película estilo Indiana Jones o Lara Croft.
El trabajar la azúcar es extremadamente complejo, debido a que se debe calentar a altas temperaturas, para luego empezar a esculpir antes de que se derrita, lo cual genera una carrera contra el tiempo, la obra debe quedar terminada rápidamente, según lo que menciona el artista.
